BOSQUEJO SOBRE LA FIGURA DE ÁLVARO DE ALBORNOZ


Hablar de las distintas figuras que han sido puntual referencia de nuestra intelectualidad o de la actividad política de nuestro país durante los siglos XIX y XX, es un arduo trabajo encaminado a desenterrar una pesada losa en pro de la recuperación de la memoria histórica, de la cual mucho se habla, pero poco se prodiga, a tenor de las dificultades que se hallan a la hora de saber algo de nuestros grandes prohombres.

Y habrá que tener en cuenta también como se tegirvesa la historia por todos los sectores hasta la porpia masonería, como puede verse en el retrato que hace la GLE en una Exposición que está realizando en Granada que presenta a los masones, como cándidos e inocentes... (Ver post del blog Masonería siglo XXI.)

Como ejemplo, lo que decía una sobrina-nieta de D. Álvaro: Conchita de Albornoz, en el Diario La Nueva España de Oviedo, editado el 30 septiembre del 2004, en el que comentaba que “ignoraba que su tío abuelo fuera masón”.

Es de esa condición, o de otras, de las cuales se desnuda a nuestros prohombres, presentándoles como apolíneos intelectuales o políticos neutros y hasta desfigurados paladines demócratas, por evitar llamarlos republicanos.

Álvaro de Albornoz y Limiana es uno de esos casos que pese a su preeminencia como político, varias veces ministro, e incluso Presidente de la República, y hombre de letras, apenas tal intelectual rebasa las 600 referencias en el famoso buscador Google, y eso teniendo en cuenta que en él se mezclan desde direcciones postales a las más diversas citas o variopintas referencias, como las que le presentan para dar relieve a su abogada defensora Victoria Kent, como si el propio personaje no tuviera entidad propia.

A esto parece quedar reducida nuestra memoria histórica.

Adentrarse por tanto en la figura de Álvaro de Albornoz y Limiana, es un ejercicio prometeico de buscar y buscar entre las referencias de unos y otros, revisando extintos periódicos y viejas reseñas de compañeros de fatigas políticas y e intelectuales para poder confeccionar una tenue imagen, pues aún siendo hijo adoptivo de su villa natal Luarca como lo es, apenas si la referencia a su figura ocupa un par de líneas, lo que ya adelanta lo que nos vamos a encontrar.

En realidad quién fue Álvaro de Albornoz y Limiana?

Asturias es su referencia vital. Álvaro de Albornoz y Liminiana, nació en Luarca el 13 de junio de 1879, en dicha villa realiza los primeros estudios, luego pasará como el resto de los estudiantes asturianos a desarrollar sus estudios universitarios en la Universidad de Oviedo, donde se inscribe en la facultad de Derecho en la que termina obteniendo la licenciatura de Derecho, siendo el alumno más joven.

En sus años de estudiante vive la inquietud política en los círculos intelectuales ovetenses, en la que impartían clases los socialistas de cátedra, y en la que pululaban un buen de formadores de futuros masones.

El se encontraba cerca de maestros como Clarín y Adolfo Álvarez Buylla, conocedor este último del marxismo y creador de un Seminario de Sociología que funcionó en la biblioteca de la Facultad.
Las primeras lides políticas las realizó Álvaro en el seno del partido socialista en cuya organización participo activamente, de hecho se tiene constancia de su actuación en varios actos de la agrupación valdesana, y en otros mítines repartidos por la región en los que co participaba con destacados líderes del socialismo asturiano, con los que además compartía estrado y mantel, incluso hay diversas colaboraciones suyas en el periódico socialista La Aurora Social.

Su primer mitin se va a celebrar en 11 de febrero de 1897 en Teatro Fontán de Oviedo. Tal y como nos cuenta Andrés Saborit, Albornoz al participar en la vida política y cultural asturiana y dada la influencia de sus profesores krausoinstitucionistas (Sela, Posada, Buylla) va evolucionando hacia el republicanismo que encabezaban tales profesores, junto con un brillante Melquíades Álvarez que en aquello momento ya estaba siendo objeto de admiración.

En este ambiente primero, y más tarde en Madrid, en el entorno de Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza, y el propio Ateneo de Madrid, refuerzan en sus convicciones ideológicas y religiosas, llegando a escribir cosas como ésta: "yo soy, como el inolvidable Azcárate, un cristiano sin dogma y sin milagros”.

La acción políticaLa figura del asturiano Álvaro de Albornoz Limiana, que va ir derivando desde las posiciones socialistas de cátedra hacia el republicanismo reformista en primer lugar para dar paso a una nueva andadura que va a tener una gran trascendencia en conjunción con Marcelino Domingo San Juan, pues ambos van a emprender una aventura política al romper con la organización en la que ya militaban: Alianza Republicana, y poner, para disgusto de muchos, en marcha el Partido Radical Socialista, en cuyo proyecto van a participar muchos de los miembros de la logia madrileña Dantón, aunque los dos citados lideres, no cuenten ni con las simpatías del sector republicano, ni del mundo masónico en esta aventura.

Activo miembro del Comité Revolucionario en 1930, fracaso por el que fue fueron fusilados en Jaca los capitanes Galán y García Hernández, él mismo fue detenido y procesado junto con otros correligionarios (Gracó Marsa*, Luis Salinas*, López Ochoa*, Cabanellas*, Alcalá Zamora*, Lerroux*, Indalecio Prieto, Martínez Barrios*...), como decía Simeón Vidarte*: "Masones, republicanos y socialistas seguíamos trabajando activamente por un República democrática".



Indalecio Prieto y Tuero toma posesión de la cartera de Obras Públicas.A su derecha, Gordón Ordax, y a su izquierda, Álvaro de Albornoz (Ministro de Justicia)

Hombres que luego ocuparan plaza en el comité que da lugar al gobierno provisional de la II República (14 de abril de 1931), siendo Álvaro de Albornoz, Ministro de Fomento con el republicano cón Niceto Alcalá Zamora (abril de 1931) al que algunos le tienen por francmasón.

Posteriormente será nombrado Ministro de Justicia con Manuel Azaña*, durante tal mandato se aprobaron las leyes laicas de la República (disolución de la Compañía de Jesús, divorcio, supresión del presupuesto de Culto y Clero, reglamentación de las Ordenes Religiosas, etc.
Lo cual supuso toda una lucha y controversia en el seno de las logias del GOE, y en los partidos republicanos, donde Álvaro de Albornoz y su secretario Pérez Madrigal* lideraban junto con otros diputados masones y no masones la tendencia más radical.

El valdesano obtendrá el acta de Diputado en las Cortes Constituyentes por Asturias con la candidatura de la Alianza republicano -socialista.

Realmente las posturas de Álvaro de Albornoz, nacido al calor del lerrouxismo, tras ser rescatado del coto cerrado del socialismo que imperaba en Asturias, recibe de manos de Lerroux el acta de Diputado por Zaragoza, y evoluciona luego hacia el reformismo melquiadista, embarcándose en diversas aventuras políticas como ya hemos visto, para terminar en el seno de la estructura política que mueve la presidencia de la República, aunque sus ideas no eran muy bien acogidas dado el tono:


" Vino la guerra civil, a pesar de esa actitud tímida y medrosa del liberalismo español; vino la guerra civil, y lo peor fue que la guerra civil concluyó mediante el famoso abrazo de Vergara, que es - no quiero dejar de decirlo es este recinto y en estas circunstancias- uno de los hechos más funesto de nuestra historia; abrazo que sirvió para pactar con las fuerzas del pasado, con los enemigos irreconciliables de la ideas modernas [...], abrazo mediante el cual el carlismo, que caía en los campos del Norte, pero que resucitaba en Madrid, infundió su aliento, su espíritu, en las entrañas de la monarquía constitucional. Si esos elementos creen que pueden hacer la guerra civil, que la hagan; eso es lo moral, eso es lo fecundo; pero bajo ese temor no se puede hacer una Constitución ni fundar una República
Lo que le vale que algunos, como Lerroux, tengan una opinión de su persona y condición de esta calaña:
Me parecía bueno para embajador en la luna, donde no hubiera que hacer más que leer revistas tumbado en una hamaca colgada de ambos cuernos de nuestro satélite, pero tampoco me oponía a que fuese ministro; eso era cosa de su partido, porque, apartado del mío fundó con otros disidentes y amargados aquella quisicosa que se llamó partido Radical Socialista, a la moda de Caen... Y así quedó Periquito hecho fraile, es decir, nombrado ministro de Obras Públicas Alvarito de Albornoz, que no quería ser nada"
Albornoz y la Masonería

La filiación masónica de Álvaro de Albornoz esta fijada en el seno de una logia madrileña con el título distintivo de Dantón.

De dicha logia hay un expediente más bien escaso, aunque ello no impide reseñarla como una de las logias más “políticas” del Gran Oriente Español, puesto que es un taller al que arriban diversos activistas políticos, decididos agotar en la masonería sus propios recursos frente a la dictadura de Primo de Rivera.

Es el momento en que se estaba cociendo la celebre Sanjuanada, en la cual se conjuntaban hombres y fuerzas tan diversas como un sector del ejército, políticos del antiguo régimen, y los emergentes nuevos valores republicanos, y algunas de las logias más combativas de Madrid.

Varios masones de la logia Ibérica: José Salmerón, Antonio Lezama y Marcelino Domingo, fundan el 5 de noviembre de 1925 el triángulo, (embrión de una logia) que un año más tarde da lugar a la Respetable Logia Dantón, en la que ingresan José Giral, o Martí Jara, y tras ellos un buen número de militares, políticos e intelectuales, cuyo trasvase al trabajo masónico explica así Martí Jara en una carta a Unamuno:"Escribimos a usted en nombre de la logia Dantón, un grupo – un poco los de siempre- que ahora hemos entrado en la masonería para infiltrarle nuestra pasión política”. Este proceso de creación de la logia y de otras de nuevo cuño, venía precedido de la crisis abierta desde 1925 con el enfrentamiento abierto entre el Supremo Consejo del Grado 33º y la logia Ibérica, a lo cual se sumó una serie de circunstancias como nos recuerda Gómez Molleda:"
Se agravó con la aparición avasallante de la nuevas y brillantes logias políticas la Dantón, la Mare Nostrum y la Unión. Los desastroso resultados de los complots y conspiraciones contra el Dictador propiciados desde aquellas logias, y que habían ocasionado la detención de miembros muy significados de la Centro, y la prisión prolongada durante bastante meses del Gran Maestre Regional, Daniel Anguiano, en la Cárcel Modelo de Madrid, hicieron de espoleta para el estallido del conflicto"
Este pequeño taller de no más 31 miembros, llegando su tope a uno 36 miembros, será en adelante el instrumento para enlazar la acción política en las directrices del Grande Oriente, mediante la participación en las grande Asambleas Generales de 1927 y 1928, con el objetivo de poder estrechar lazos entre las logias y la Alianza Republicana, de cuyo protagonismo va a recelar la Gran Logia Regional de Mediodía, pues además de producirse exaltaciones al 2º y 3º grado masónico en un mismo día (Martí Jara y José Giral y el propio Álvaro) dichos actos no acababan de gustar a algunos sectores masónicos.
Este estado de cosas no se pudieron atemperar, pese a las componendas de Martínez Barrio, y concluyen con la creación de una Junta Interina en la Gran Logia Regional del Centro que termina suspendiendo de derechos a las dos logias en litigio: Dantón e Ibérica, como así se comenta en un documento enviado al Consejo Federal Simbólico:

"No es grato manifestaros que nuestra circular de fecha de diciembre de 1930 ha producido en los Valles de Madrid el efecto que nos proponíamos; es decir, sencantar a algunos queridos hermanos que por tener captada toda su excelente buena voluntad en apasionamientos de orden político no habían tenido la fuerza necesaria para reaccionar hacia una actividad masónica deslindada de la profana [...]. Creemos haber dado, si no la solución categórica a las hondas divergencias de la Regional Centro, por lo menos abrir una era de posibilidad para que se vaya solucionando la crisis de fraternidad que emanan de los apasionamientos a que hacemos referencia"
La carrera masónica de Álvaro de Albornoz Limiana, se resume pues en breves líneas a diferencia de sus otras actividades.

Fue iniciado en la logia Dantón, y existen ciertas divergencias sobre sí fue el 18 o el 23 de marzo de 1927, lo que es seguro, es que fue exaltado a los grados 2º y 3º en un solo día, en concreto tal ceremonia ritual se celebró el 23 de mayo del mismo año. En la ceremonia ritual de iniciación masónica adopta el nombre simbólico de Juan Prouvaire.

Su expediente masónico nada nos indica de que hubiera obtenido los altos grados masónicos, explicación que podemos encontrar en lo rápido de su carrera masónica más proclive a las preocupaciones políticas, y a la utilización de la logia y sus miembros como instrumento político, tendencia muy proclive entre los miembros de la Dantón, que vieron menguar su influencia cuando la logia perdió el pie, frente a los masones "apolicistas" como el asturiano y convecino: Augusto Barcia y el resto de los sectores republicanos que no veían con buenos ojos al asturiano y sus actividades en el seno del Partido Radical Socialista, lo que sin duda debió influir en su trabajo masónico.

Albornoz como casi todos los masones será juzgado por el Tribunal Represión de la Masonería que se le acusa de los siguientes hechos: aparecer en el cuadro lógico de la logia Dantón de Madrid, el 31 de Agosto de 1927, con el grado de Maestro y también haber sido citado en la VIII Asamblea Nacional Simbólica celebrada los días 8-9-10 -11 de Julio 1929 como H:. Juan Prouvaire, que había sufrido prisión, también aparecía mencionado en algunos escritos masónicos, y en cartas dirigidas a él en los términos de "hermano"Álvaro de Albornoz y el Ateneo de Madrid.

El ateneo de Madrid va a suponer para algunos autodidactas la escuela de formación ciudadana y republicana, y para intelectuales como Álvaro de Albornoz va a constituir la Universidad de la vida, pues en su seno van poder lidiar espadas con los referentes del momento.

Si desde que Canovas inaugurara el Ateneo ya era una referencia más lo era para aquellos que venían de provincias como Álvaro de Albornoz, que nada más aterrizar en la capital se va hacer socio obteniendo el nº 6.875 con fecha del 10 de diciembre de 1899, con apenas 20 años. Luego habrá otra alta fechada el 18 de octubre de 1926.

Suponemos que causó baja cuando regresó a su tierra y su nuevo emplazamiento en Madrid, momento en que se hará masón participa activamente en la vida cultural y política madrileña. Su baja definitiva no será hasta el momento más dramático de España el 1 de febrero de 1936.Pero aunque no sabemos a ciencia cierta sus periplos vitales, sabemos que en el Curso de 1921-1922 participa en las conferencias impartidas en el Ateneo de Madrid por la Comisión de Ciencias Morales y Políticas , donde participa junto con Castrovido, Zulueta, Unamuno, y Royo Villanova pidiendo el restablecimiento de las garantías constitucionales.

En abril de 1922 Álvaro de Albornoz toma la palabra en otro acto celebrado por la Liga de los Derechos del Hombre, en la que también intervienen otros, algunos de ellos reconocidos masones: el asturiano Augusto Barcia, o Jiménez de Asúa.

Lo propio a estas alturas no debería ser sobre Álvaro de Albornoz en solitario sino sobre la presencia de la masonería en el Ateneo, pues si bien las logias madrileñas eran auténticas escuelas de formación ciudadana dicha formación era a su vez complementada con la que se obtenía en los salones y pasillos del propio ágora madrileño.

De la estancia o actividades de valdesano en el Ateneo no volvemos a saber nada hasta 1930 en que reingresa con lo que Antonio Ruiz Salvador denomina “Vieja y nueva presidencia: la de Gregorio Marañon. En ese momento se dan de alta varios miembros de la activa política y vida cultural que además les cabe haber sido masones; Eduardo Barriobero, Melquíades Álvarez, Marcelino Domingo, José Salmerón, ,Niceto Alcalá Zamora, Lerroux, etc. Los cuales algunos van a ocupar cargos en las actividades que va a desarrollar el Ateneo: Azaña* como Presidente, Fernando de los Ríos* de Ciencias Morales y Políticas, en Responsabilidades entre otros Marcelino Domingo*, Alcalá Zamora*, Miguel Maura e Indalecio Prieto; Ángel Galarza* y Julio Álvarez del Vayo* en la Junta de Gobierno; José Giral* en Ciencias Exactas.

El Ateneo va a ser punto de fricción al igual que las logias que van a correr en esos momentos vida paralela y es cuando se cierra el Ateneo al producirse la Sublevación de Jaca y el posterior encarcelamiento de varios miembros de la junta directiva, al respecto sería bueno seguir a Ruiz Salvador y a la profesora Gómez Molleda, para ver los paralelismos en el ágora cultural madrileño y en las propias logias

“que esquivando unas veces la oposición de sus dirigentes y contando otras con su expresa o tácita autorización, las logias del GOR y también de la Gran Logia Española, de Madrid, arcelona y Valencia, colaboraron activamente en los preparativos y desarrollo de la célebre Sanjuanada frente al desarrollo de esta graves crisis política”.

En esos momentos, y una vez fuera de la cárcel Álvaro de Albornoz dará una conferencia (4 de abril) sobre Bolívar, el libertador encadenado.Será a partir de este momento cuando se empiecen a estructurar nuevas logias con el objetivo de acoger a las fuerzas inconformistas como La Unión o la Dantón , en las que veremos a esos activos socios del Ateneo que ya hemos citado como Pedro Rico, los González Blanco, Simeón Vidarte. Joaquín Dicenta. Etc..

Pero eso ya es otra historia muy larga y compleja en la que también tiene su parte el propio Ateneo de Madrid, pues no sería extraño que después de las tenidas masónicas algunos miembros luego pasasen por los salones de tan distinguida sociedad.

La última actividad ateneísta de Álvaro de Albornoz y Limiana se va a producir l 22 de marzo de de 1935 con el tema La proyectada revisión constitucional, [Cuestión tan curiosa como coincidente con los tiempos actuales donde parecen estar de moda tantos los masones como la revisión de la Constitución].

Esto decía Albornoz:

“Pero si yo soy un partidario entusiasta de la
Constitución del 9 de diciembre de 1931, lo soy mucho menos de su revisión, y esto por tres motivos: primero porque me parece una iniciativa inoportuna, segundo porque me parece una iniciativa sospechosa; tercero porque me parece una iniciativa encaminada, más que a revisar la Constitución a revisar la República [y concluía…] es preciso afirmar e imponer el respeto a la Constitución. La constitución es la República y la República, porque así lo ha querido el pueblo es una institución nacional que combatida por unos y traicionada por otros, pero amada y defendida por el pueblo, será el instrumento que forje una patria nueva, digna de aquella España que no es la de los que confunden la bandera de los Borbones con la bandera de la patria
Sería como vemos todo un presagio y una premonición, pues como se había dicho la Constitución en la Republica y viceversa, a los cuatro años justos de la conferencia, después de tres de guerra y al precio que se pagó comenzaba tras periodos liberales que no llegaban a trienios a los períodos reaccionarios que se podrían contar por décadas y en aquel momento comenzaba un largo periodo que llevó al exilio a muchos de aquellos prohombres de la triple enseña republicana, entre ellos a Álvaro de Albornoz que pasó al Oriente Eterno masónico allá en Méjico.

Y al cual dedicarían sus correligionarios un encomiable número 92 del año XV, (septiembre –octubre) del periódico mensual Izquierda Republicana, varios compatriotas escribían esto de Albornoz:“Era un hombre, lo repito, más aún todavía que en lo intelectual, con serlo tanto, en los moral. SU desinterés como abogado de los pobres, su gran gesto romántico al renunciar por dignidad a la Presidencia del Tribunal de Granarías Constitucionales, su vida austera y sencilla, su fe inquebrantable en la libertad, su amor encendido por la República..” (Gordón Ordás).

“Una
vida política tan activa y agitada como la suya, en un medio ambiente contra el cual se revelaba, había de tener la consecuencia de innumerables persecuciones, procesos y encarcelamientos; Todos ellos fueron timbres de gloria de nuestro ilustre amigo que siempre los soportó con paciencia rayana a veces en el estoicismo”. (José Giral).

Cabe mayor romanticismo que el de ser republicanos sin creer posible implantar la República, sin esperar premios ni galardones por una conducta heroica que tiene la cárcel por única recompensa. Pues de esos fue , a mi juicio Álvaro de Albornoz” (Indalecio Prieto)

En definitiva, Álvaro de Albornoz no era un republicano histórico más, sino la encarnación viva de la República Española, tal y como la entendían los republicanos de siempre y para siempre.

Víctor Guerra

Miembro: Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española (CEHME)
Instititut d´ Études et de Recherches Maçonniques (IDERM) Francia

NOTA:Los personajes marcados con un asterisco * eran miembros de la masonería.Pérez Madrigal derivaría más tarde hacia posiciones reformistas.

Andrés Saborit Colomer. Asturias y sus hombres. Ediciones KRK. Oviedo 2004.
AHNS. Expediente personal masónico de Álvaro de Albornoz. A733/22.
Antonio Ruiz Salvador: Ateneo, dictadura y República. Fernando Torres. Editor.
Dolores Gómez Molleda: La Masonería en la crisis española del siglo XX. Editorial Universitas. Madrid 1998.
Gomez Molleda, ibidem, pág 122.
Heraldo 25 de marzo de 1935.

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