UN MINISTRO MASON EN PUERTO RICO: MANUEL FERNÁNDEZ JUNCOS
Hace unos días rodaba para el Diario La Nueva España, los clásicos recorridos que hago de Bicicleta de Montaña y sin pensarlo llegué a un escondido paraje Tresmonte, un núcleo apartado del mundanal ruido en el que nació unos de los asturianos masones más singulares, y que además se convirtió en todo un prohombre proveniente del Concejo de Ribadesella que ha aportado diversos de sus hijos a la labor masónica, en la mente de casi todos estará Agustín Argüelles “El Divinino”: Pero a veces el halo de discreción y de un cierto secretismo ha dificultado conocer en profundidad a otros ilustres riosellanos, que tambien pertenecieron a la denominada orden de “Los Hijos de la Viuda”
Uno de éstos hijos ha sido Manuel Fernández Juncos, que viene al mundo en la pequeña aldea de Trasmonte (Ribadesella)en 1846, ya desde muy joven se traslada a la isla antillana de Puerto Rico, donde destacará por su actividad política y literaria. No es intención de este artículo hacer un panegírico sobre su vida e importancia, porque eso ya se abordó en otras ocasiones, y la última ha sido la aportación viene de la mano de María Eugenia Alonso Mier, que en el II Congreso de Bibliografía Asturiana[2], realiza un importante aporte de referencias bibliográficas de Manuel Fernández Juncos e inserta a su vez una pequeña nota introductoria a la biografía de Fernández Juncos,.
En torno a los trabajos bibliográficos sobre Fernández Juncos, se da una curiosidad, y es la de no encontrar en ninguna de ellos ni una sola referencia o mención a su faceta como francmasón[3], que será lo que, por otra parte, explique y de sentido a sus acciones en el campo político y social; puesto que si bien es cierto que la masonería no se implica directamente en términos políticos, sí que su ideario promulga un cambio social más igualitario y fraternal y que se refleja en su contenido y continente.
Fernández Juncos desembarcará en Puerto Rico muy joven y se incardina rápidamente en la vida social de la isla, e interviene en su desarrollo político sin perder de vista la posición política que va desempeñando la península con relación a las Antillas, que evidentemente tendrá su repercusión:
“.. la descomposición del reinado de Isabel II, con su cortejo de favoritos y espadones, se hace evidente. En Puerto Rico también se está atento a lo que ocurre en la península y el movimiento liberal encuentra eco en la Pequeña Antilla, y será Fernández Juncos de los primeros en prestar su apoyo a los liberales. Sin embargo en 1868 (La Gloriosa) no pudo evitar que se iniciase la descomposición definitiva del imperio del imperio colonial, al mantener la política ultramarina del Régimen derrocado”[4]
Ante tal situación Fdez. Juncos, será de las pocas voces que se oigan en el país antillano reprochando la conducta del Gobierno de Madrid; ante el cual pedirá cierta autonomía para la isla desde la presidencia del minoritario Partido Autonomista Histórico Puro y Ortodoxo, que propugnaba un gobierno autónomo para Puerto Rico pero vinculado a la Madre Patria. A su vez desde Madrid se presionaba a los grupos autonomistas para que se fusionasen en un solo partido. Cuestión nada fácil pues el contrincante que compartía espacio político con Fernández Juncos, era el también masón y criollo Muñoz Rivera que lideraba el rebautizado Partido Liberal Fusionista Puertorriqueño. Aún con todo en 1898 se logra articular la fusión de los dos partidos pasando a denominarse Partido Unión Autonomista Liberal.
El proceso de autonomía política por el cual España reconoce mediante tres decretos la autonomía administrativa de Puerto Rico, trae consigo la creación del primer Gobierno Insular Autónomo Portorriqueño, en 1898 en el cual se nombra a Fernández Juncos Secretario de Hacienda
Hay que reseñar que en ese primer gobierno nombrado el 10 de febrero de 1898, (que repartía carteras ministeriales entre liberales y ortodoxos) había una importante presencia de francmasones entre ellos: el Presidente del Gobierno Autónomo: Francisco Mariano Quiñones; el Secretario de Instrucción Pública: Manuel Rossy; el Secretario de Agricultura: José Severo Quiñones, y Manuel F. Juncos como Secretario de Hacienda, e igual correspondencia francmasona había en las Subsecretarías de Gobierno, como en la Cámara Insular de Representantes. En un principio la mayoría de éstos francmasones provenían de la masonería autóctona portorriqueña, aunque poco a poco muchos de ellos irán pasando a logias dependientes de Orientes españoles, defensores del concepto “asimilista”, en el cual también se moverá Fernández Juncos y buena parte del gobierno autónomista.
Realmente queda por dilucidar si verdaderamente la masonería fue un instrumento político e ideológico al servicio del concepto “asimilista”, partidario de la presencia de España en Puerto Rico.
Seguir el periplo masónico de Fernández Juncos, presenta un problema;, por un lado la lejanía de los archivos sumado que sumado a los distintos expurgos que sufrieron los archivos de la península, hacen sumamente difícil reproducir con minuciosidad el periplo portoriqueño de Fernández Juncos,
Aún así y con todo, se puede lograr un acercamiento a la realidad masónica de Puerto Rico y por consiguiente a la de Fernández Juncos, con la premisa de que es un campo abierto para las aportaciones investigativas.
Puerto Rico estuvo libre de logias masónicas entre 1868 y 1871, aún así en muchos personajes de la época germinó el ideal masónico y fueron atraídos a por las dinámicas obediencias cubanas, que en un principio les auspició para poder más adelante desarrollar una masonería regular en Puerto Rico.
De ahí que encontremos a Manuel Fernández Juncos iniciándose en una logia dependiente de dichos orientes cubano concretamente se inició en la logia Estrella de Luquillo,[5] sita en los valles de San Juan; y que refundara el notario Santiago Rosendo Palmer, (considerado como el padre de la masonería portorriqueña), en 1878. Más tarde esta logia estará bajo los auspicios de la Gran Logia Soberana de libres y Aceptados Masones de Puerto Rico (GLS),[6] ya con un carácter netamente autonomista, y en la cual Fernández Juncos presidirá la Comisión de Beneficencia
Como aprendiz masón Juncos, adopta como es costumbre en la masonería de tradición española, un nombre simbólico[7], escogiendo el de “Demóstenes”. No pasará mucho tiempo desde que el ritual de iniciación propio de la masonería que lo sitúa en el banco de los Aprendices, junto a la columna Booz, abandone sin que sepamos la razón o la fecha exacta, su logia madre,[8]. En buena, este taller seguía una línea de acción netamente independentistas, sobre los que habrá en 1887 una represión brutal, tanto a nivel político como masónico, cuya consecuencia más inmediata es el cierre temporal en unos casos y definitivamente de otros, de los talleres dependientes de la GLS.
Nuestro ilustre riosellano tras obtener la correspondiente plancha de quite[9] , pasa a fundar la logia Patria nº 191 en los valles San Juan que se instala provisionalmente [10] el 27 de mayo de 1893, trabajando bajo el amparo del Gran Oriente Español. Dicha logia la fundan once masones, que eligen como Venerable[11] a Manuel Fernández Juncos, que en aquellos momentos ya poseía un alto grado masónico.
Dado el avance del Gran Oriente Español (GOE) en la isla, que ya reúne en torno así unas cuantas logias se decide crear el Consejo Regional de Puerto Rico con el cometido de regir los destinos de las logias bajo su adscripción y cuya primera vicepresidencia va a ostentar Manuel Fernández Juncos.
El Soberano Capítulo Provincial de Puerto Rico es otra de la estructuras que se crean en Puerto Rico en 1877, cuyo fin, amén de ir entregando los grados superiores (4º al 33º)[12] tendrá como misión extender el “fermento masónico y contrarrestar la influencia de la Gran Logia de Colón de Cuba”, de cara a que no fuera reconocida tal Obediencia como legítima potencia y pudiera así competir por el espacio de las Orientes españoles. En un momento de la vida de éste Soberano Capítulo estará presente el hermano Demóstenes, aunque no podemos precisar en cual.
El peso de Manuel Fernández Juncos como francmasón, va a estar no sólo presente en la consecución de su grado 32º, (penúltimo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado)[13] sino también en su nombramiento como Venerable Honorario de la logia Palafox 174,[14] creada por el GOE en 1893. Esta logia además de haber sido el germen del Consejo Regional de Puerto Rico, fue de las pocas que no se disolvieron, con motivo de la guerra con Estados Unidos.
En este taller encontraremos en los bancos masónicos a diversos naturales de Ribadesella: en 1899 sentado al Oriente de la logia y como Venerable Maestro está Francisco Fernández Juncos de simbólico “Covadonga” que mantuvo frente a los movimientos escisionistas dentro de su propio taller, (que crearon una nueva logia: Regeneración ) una cierta unidad del taller al que mantuvo bajo la dependencia de un Oriente español; así mismo en el seno del Soberano Capítulo Lanuza 39 no sólo va a estar el hiramita “Covadonga” como 1º Vigilante con el grado 30º, sino también estará un tal Rafael Fernández Juncos.
¿Son estos dos francmasones hermanos de sangre de Manuel...? Esa es una incógnita que esperamos ir despejando en nuevas investigaciones.
En la logia Palafox, había otros riosellanos como los hermanos: Graciano y Ramón Fernández Ruisánchez. Este último llegó a ser Alcalde de Ribadesella en 1931.[15] Desde finales del siglo XIX y XX, en las logias portorriqueñas se pueden contar unos diecisiete asturianos.
Con el Tratado de París, que pone fina la guerra de Cuba, y disuelto el Gobierno, Fernández Juncos vuelve a sus múltiples tareas y proyectos de corte literario y filantrópico. En 1895 crea la Cruz Roja de Puerto Rico y, durante años se dedicará a la fundación de la Biblioteca Municipal de San Juan y a fomentar el Instituto Civil de Segunda Enseñanza y la Institución de Enseñanza Popular, a modo y manera de la Institución krausista española. Estos, son por otro lado, los clásicos objetivos que desarrolla la masonería, y está por dilucidar, ¿Cuánta participación tuvo la Orden Masónica en las apuestas sociales y benéficas de Fernández Juncos? Téngase en cuenta que éste había presidido la Comisión de Beneficencia de la Gran Logia Simbólica, que eran las encargadas de poner en marcha proyectos de esta envergadura
Esta inclinación por lo educativo va a estar presente también en Asturias, a través de hombres que en esos mismos momentos estarán embarcados en la consecución de similares proyectos a los que perseguía el riosellano Juncos. Concretamente en Colunga el hiramita: Braulio Vigón alentará a los distintos indianos de Colunga, a invertir en equipamientos educativos en el concejo, y en Oviedo se intenta poner en marcha otros proyectos de similar carácter, formando todo ello parte del el reformismo humanitario que se da en la Orden del Gran Arquitecto (GADU), de utilizar lo educativo como vehículo e instrumento para modelar la sociedad y la propia conciencia sociopolítica basada en los tres pilares: Libertad, Igualdad y Fraternidad, , bajo cuyo lema Fernández Juncos en Puerto Rico va a impulsar una de las obras de beneficencia más importantes del país el Refugio de los Niños Desamparados, poniendo así en práctica los principios masónicos antes mencionados
“Sin embargo el esfuerzo educativo realizado por las logias no debe infravalorarse, pues si bien en muchas ocasiones resultó estéril, en otras muchas afectó a grupos de hermanos que ,por la inquietud espiritual que poseían y por el activismo político y social que desarrollaban, fueron muy permeables a la cultura masónica y la transmitieron con eficacia a la sociedad profana"[16]
Siguiendo con las vinculaciones masónicas de Fernández Juncos, estas no se van a quedar solo en Puerto Rico o e en el ámbito americano, sino que estrechará sus lazos con su “patria chica”, a través de una invitación que le hace en 1912 la Universidad de Oviedo, con motivo de la celebración del Centenario de las Cortes de Cádiz, en cuya estancia estrechará lazos con los Hijos de la Luz, que se reúnen al calor del denominado “Grupo de Oviedo”, ( entre los que destaca un antiguo hermano de la Orden Masónica: Fermín Canella, miembro años antes de la logia Luz Ovetense).
Así mismo en ese encuentro hay algunos masones que acaban de coadyudar a levantar columnas en Asturias, poniendo en pie la logia Jovellanos 337, concretamente en ese encuentro estaba el reciente francmasón Melquíades Alvarez, que ya desde 1886 se le cortejaba para entrar en masonería.
De esa visita hay una curiosa foto[17] donde se ve a Fdez. Juncos con un simbólico cruce de dedos, y con algunos notables miembros del hiramismo asturiano.
Sería muy interesante identificar al total de los componentes de la foto y cruzar sus nombres con los listados masónicos asturianos, para evaluar la importancia y carácter de dicha reunión.
Valgan pues estas pinceladas, para verter más “luz” sobre un personaje como Manuel Fernández Juncos que merece una profunda investigación sobre su proyección política y masónica, y poder juzgar con más precisión su papel en el desarrollo no solo de la masonería sino en la definición de un país como Puerto Rico y como el papel que juega su propia saga que también está dentro de la masonería., como se puede ver en el cuadro adjunto.
Nombre Profesión Simbólico Años Talleres
Manuel Fernández Juncos | Demóstenes | 1884-1903 | Estrella Lauquillo Patria 191 Cons.Reg. de Puerto Rico Cap. Prov. De Puerto Rico Cap. Lanuza 39 | |
Francisco Fernández Juncos | Covadonga | 1894-1901 | Palafox 174 | |
Rafael Fernández Juncos | | 1900 | Cap. Lanuza | |
Graciano Fernández Ruisanchez | Ribadesella | 1900 | Palafox 174 | |
Ramón Fernández Ruisánchez | Oviedo | 1899-1900 | Palafox 174 |
[1] Este trabajo forma parte de una más extensa investigación sobre la masonería del Oriente de Asturias y el fenómeno indiano, y que se apoya en la investigación del profesor José Antonio Ayala que ha trabajado sobre la masonería portorriqueña en dos excelentes trabajos: La masonería de Obediencia española en puerto Rico siglos XIX, y XX. Y en los trabajos del profesor Ferrer Benimeli, sobre los Indianos asturianos.
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